Los niños y adolescentes necesitan terapia cuando tienen problemas que no pueden manejar solos. Puede ser que necesiten ayuda cuando estos problemas afectan cómo sienten, se desempeñan o actúan.
Si las cosas no mejoran solas, los niños pueden necesitar terapia. A veces, familias enteras necesitan apoyo al comunicarse, aprender y crear límites.